BREVE HISTORIA.
Alrededor del mes de septiembre de 1935, José Clemente Orozco llegó a la ciudad de Guadalajara para cumplir el compromiso adquirido con el Gobierno del Estado de Jalisco consistente en la ejecución de tres murales. El primero lo pintaría en el hoy Paraninfo de la Universidad de Guadalajara; el segundo, en la escalera de Palacio de Gobierno; y el tercero, en la Capilla Mayor del Instituto Cultural Cabañas (edificio declarado por la UNESCO en 1997 como Patrimonio Cultural de la Humanidad).
Durante los casi cuatro años que le llevó realizar esta monumental tarea, Orozco vivió de manera permanente en la ciudad de Guadalajara, estancia que solo fue interrumpida por un viaje que hizo a Nueva York en febrero de 1936 y por las visitas a su familia a la Ciudad de México.
En este periodo de tiempo, que va de finales de 1935 a 1939, el destacado muralista jalisciense se mudó al menos en cuatro ocasiones. A continuación, se enlistan los lugares donde habitó:
– A su llegada, se hospedó por unos cuantos días en el hotel “Casa Morales”, cercano a la estación de ferrocarril;
– Posteriormente, se instaló en la casa de uno de sus colaboradores – el también pintor, León Muñiz –, ubicada en la calle de Langloix número 242 (hoy Colonia Americana), en donde, por instrucciones del Ing. Heliodoro Rojas, Director de Obras Públicas del Estado, se construyó una habitación con baño expresamente para alojar al famoso pintor;
– Más tarde, motivado en permanecer de forma independiente y en no causar molestias a sus anfitriones, José Clemente Orozco dejó la casa de la familia Muñiz y se hospedó en el Hotel Roma, situado en la calle Juárez, en la zona centro de la ciudad.
– Por último, durante el primer trimestre de 1938 (probablemente entre los meses de febrero y marzo), se mudó a su Taller-Dormitorio de López Cotilla, el cual habitó por menos de dos años, hasta 1939.